Receta: Mermelada casera
Siempre suelo tener una mermelada casera preparada, normalmente de fruta de temporada. Es un alimento que da mucho juego y no sólo tenemos que delimitar su uso a la tostada del desayuno.
Yo utilizo la mermelada prácticamente al igual que la miel:
Acompaña muy bien con queso fresco, requesón y bajos en calorías o 0%. Estos quesos suelen tener un toque amargo y la mermelada le da el punto dulce de contraste, a lo que podemos agregar además copos de avena, cereales o frutos secos crudos como nueces o almendras, o una tostada con pan multicereal.
Mezclada con yogur natural sin azúcar le quitamos el sabor amargo a este yogur, podemos hacer nuestros propios yogures de sabores mucho más sano que los saborizados comerciales, y eliminamos así los azucares comerciales y edulcorantes que éstos llevan.
Por supuesto también como complementos y adornos para recubrir tartas, rellenos de bizcocho, etc.
Yo incluso la uso en esos momentos en los que nos entra un bajón o mono de azúcar y tenemos que llevarnos a la boca lo primero que pillamos a mano. Una cucharilla de postre con un par de nueces está riquísima.
La diferencia de esta mermelada con las comerciales o incluso de otras recetas, es que esta es lo más natural posible.
Haciendo la mermelada nosotros mismos, sabemos que no lleva ningún producto químico a modo de espesante u otras sustancias y controlamos la fruta que estamos utilizando, y que no son extractos, saborizantes, colorantes, etc.
Además está bastante más buena que cualquier mermelada comercial que podamos comprar. A parte de comprobarlo yo mismo, todos los que la prueban dicen que no tiene nada que ver con las comerciales.
Pero hay que tener en cuenta que esta mermelada no es tan espesa como las comerciales, algunas incluso parecen gelatina y para conseguir esa textura hay que añadir espesantes artificiales. Aún así, teniendo en cuenta las siguientes consideraciones, podemos conseguir más o menos espesor:
La sustancia natural para el espesor de la mermelada es la pectina, una fibra que contienen fruta y vegetales en mayor o menor medida y que en grandes cantidades toma forma de gel, así que a mayor concentración de pectina, mayor espesor.
Conforme la fruta va madurando, va perdiendo esta sustancia, por lo que obtendremos mermeladas menos espesas con frutas maduras, cosa que merece la pena ya que obtendremos más sabor que con frutas menos maduras o todavía verdes que aún poseen la pectina intacta. También podemos dejar reduciendo al fuego durante más tiempo para conseguir mayor espesor, aunque la cantidad de mermelada, lógicamente se verá reducida.
A parte de la maduración, cada fruta tiene una concentración de pectina distinta. Por ejemplo las naranjas, manzanas y uvas tienen mucha concentración de pectina, mientras que moras, fresas, cerezas, piña, melocotón, calabaza, peras, melón, etc tienen menos. Otra forma de obtener mayor espesor es combinar frutas con poca pectina con otras con mucha.
Por otro lado la pectina puede comprarse y agregarse a parte e incluso existen formas de extraerla de frutas como la manzana. Yo esto lo veo completamente innecesario y no lo hago nunca.
Yo he llegado a hacer mermeladas de fresa, de melocotón, de tomate, de pera, de manzana, y una vez hice de manzana y pera con unas piezas que estaban ya algo pasadas. Aunque todas están muy buenas, para mi gusto la de tomate es la mejor, seguida de la de manzana.
Ya estamos en primavera y podemos encontrar fresas de temporada a un precio asequible. Momento perfecto para aprovechar y hacer una de las mermeladas que más me gusta.
Utensilios:
- Peso de cocina.
- Para controlar las cantidades a utilizar
- Cuchara de palo.
- Para remover la mermelada.
- Cazuela
- Será donde cocinaremos la mermelada al fuego
- Batidora
- Para triturar la fruta
- Tarros de cristal o similar
- Para almacenar
- 1 kg de fruta.
- Lavada, troceada y, según la fruta, pelada. Por ejemplo a las fresas quitaremos el tallo, el plátano, melón, sandía, piña, etc lógicamente sin la cáscara o piel. Sin embargo las manzanas, peras, tomates, melocotones, etc le dejaremos la piel y esto ayudará a dar más espesor.
- 500g de azúcar moreno.
- Este azúcar tiene más nutrientes y no contiene nada artificial. Es hidrato de carbono puro. En otras recetas de mermelada se utiliza hasta el doble de azúcar, 1kg por cada kg de fruta. Yo lo veo excesivo y al utilizar azúcar moreno que tiene un sabor más intenso que el azúcar normal, podemos utilizar sólo la mitad, así rebajamos calorías.
- El zumo de un limón.
- Su función, a parte de dar algo de sabor, es para favorecer la liberación de pectina de la fruta.
- Especias (opcional).
- Hierbabuena, menta, vainas de vainilla, canela en rama... Yo para la fresa opto por un buen manojo de hierbabuena que tengo plantada en casa pero lo mejor es que experimentéis y probéis por vosotros mismos e incluso podéis poner un poco de todo. Para separar las especias de la mermelada podéis utilizar alguna especie de redecilla atada con las especias dentro para que pase el sabor y luego poder retirarla. Una buena opción es una gasa esterilizada. La extendemos, ponemos las especias al centro y cerramos con alguna cuerda. Yo en este caso no he utilizado nada y a la hora de pasar la batidora, me aseguro de que quede bien triturada para no encontrarla después y que así aporte más sabor aún y poder aprovechar más los nutrientes y propiedades de esta planta.
Ingredientes |
Se retira el tallo de las fresas, se lavan, se trocean y las pesamos para comprobar la cantidad de fruta que tenemos y ajustar la cantidad de azúcar a utilizar. Esta receta está ajustada para 1 kg de fruta, pero podéis hacer más o menos según las preferencias de cada uno, por ejemplo si tenéis fruta algo pasada a punto de echarse a perder y la queréis aprovechar, teniendo en cuenta que se utiliza la mitad de cantidad de azúcar que de fruta.
Retirar tallo, lavar, trocear y pesar |
Tapamos con un paño de cocina y dejamos macerar toda la noche |
Cuando destapamos, gran parte del azúcar se ha licuado |
Añadimos el zumo de limón |
Añadimos las especias, en nuestro caso hierbabuena |
Pasamos la batidora hasta dejar bien fino |
Seguir reduciendo a fuego medio y remover constantemente |
Hay que tener en cuenta que, al estar hirviendo, el espesor será menor. Lo que estando al fuego parece tener un espesor determinado, una vez retirado y enfriado espesa aún más. Una forma de ver que ya está lista es levantar la cuchara de palo y dejar caer, hasta que las gotas caigan lentamente y tiendan a unirse, pero no se unan rápidamente como si de un líquido se tratase. Otra forma es retirar una pequeña cantidad a un plato o recipiente plano a parte y dejar enfriar para ver como sería su resultado final.
Levantamos con la cuchara de palo y dejamos caer |
Retiramos a un plato y dejamos enfriar para comprobar el espesor |
Cuando veamos que ya no se libera vapor de agua o se libera muy poco, vertemos en los recipientes donde la vamos a almacenar pero no los cerraremos. Los dejaremos abierto durante un tiempo ya que seguramente seguirá expulsando vapor de agua y así seguirá espesando un poco más, llegando al máximo de espesor cuando enfríe del todo, ya sea a temperatura ambiente o en el frigorífico.
Vertemos al recipiente donde la vayamos a almacenar y dejamos enfriar, primero a temperatura ambiente y después en el frigorífico. |
Dificultad: Fácil
Tiempo de elaboración: 3 horas aproximadamente sin contar el tiempo de maceración.
Mis otras recetas: http://sportgooo.blogspot.com.es/search/label/receta
Tiene muy buena pinta! además, creo que me veo capaz de hacerla una día de estos jeje
ResponderEliminaranímate, que es muy fácil de hacer y merece mucho la pena porque si haces una buena cantidad tendrás durante bastante tiempo.
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